Dictamen del Comité Económico y Social Europeo Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones «El papel de la transformación de los residuos en energía» [COM(2017) 34 final], (DOUE C345/102 de 13 de octubre de 2017)
Autora: Sara García García, Doctoranda en Derecho de la Universidad de Valladolid
Fuente: Dictamen del Comité Económico y Social Europeo Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones «El papel de la transformación de los residuos en energía», [COM(2017) 34 final], (2017/c 345/17)
Temas clave: Economía Circular; residuos; transformación de energía
Resumen:
El Comité Económico y Social Europeo lanza un Dictamen sobre el contenido de la Comunicación de la Comisión al Parlamento titulada El papel de la transformación de los residuos en energía, desarrollada en el contexto de la Economía Circular de la Unión Europea.
La Economía Circular es la última estrategia europea que, dentro de los objetivos de Horizonte 2020 y bajo el espíritu del desarrollo sostenible, pretende promover un nuevo modelo económico no lineal que haga pionera a la Unión en la reutilización de residuos, – o lo que hasta ahora considerábamos residuos-, y protección del medio ambiente.
El objetivo de esa propuesta de la Comisión consiste en la transformación de residuos y papel esta vez en energía, como un método más, tal y como impulsa la Economía Circular en la gestión de residuos, reduciendo, al tiempo, la dependencia europea en materia energética. Se examina para ello la posibilidad de optimizar el papel de los procesos de transformación de residuos en energía para que contribuyan a cumplir los objetivos previstos en la estrategia de la Unión de la Energía y el Acuerdo de París.
En concreto, tanto la Comunicación de la Comisión al Parlamento como el texto del Comité se basan y refieren a técnicas tendentes a la producción de biogás.
En este contexto, el Comité Económico y Social, (CESE),elogia la propuesta realizada para que, como decimos, en el marco de una Economía Circular se mejore la gestión de los residuos en la Unión Europea, haciéndose especial hincapié en la fuente, es decir, promoviendo la evitación de la generación de residuos.
El análisis realizado se centra en tres puntos específicos de la Comunicación, concretamente sobre la situación de los «procesos de transformación de residuos en energía dentro de la jerarquía de residuos y papel de las ayudas financieras públicas»; la situación de los «procesos de transformación de residuos en energía para tratar desechos residuales: hallar el equilibrio adecuado»; y, finalmente, sobre la «optimización de la contribución de los procesos de transformación de residuos en energía a los objetivos climáticos y energéticos de la UE en la economía circular».
En ellos, acuerda con la Comisión la importancia que tiene un respaldo económico adecuado en acciones como la que nos ocupa; señala por ello que «en cualquier futura normativa deberán subsanarse las deficiencias de las Directivas actuales sobre el tratamiento de residuos para garantizar que la transición hacia un modelo económico circular sea justa, coherente y sistémica».
Advierte que dichas gestiones obligarán a extremar la precaución de las autoridades, pues es importante no «crear barreras infraestructurales a la consecución de tasas de reciclado más elevadas, lo que podría suceder si se invierte en procesos obsoletos de transformación de residuos». Para lograr el objetivo de transformación de residuos en energía propuesto, la recogida selectiva de residuos deberá ser mejorada e ir acompañada de un fuerte aumento de las tasas de reciclado, a juicio del Comité.
Precisamente ligado a este tema, para el CESE, la transición hacia la ansiada Economía Circular se ve muchas veces dificultada por la creación de obstáculos y barreras; en este caso, a su juicio, dicho obstáculo puede surgir ante la falta de señales de precios adecuadas. Esta situación, en consonancia con lo que acabamos de señalar, «se agrava, -según el Comité-, por las continuas subvenciones injustificadas que reciben los sistemas de producción insostenibles, en particular en el sector de los combustibles fósiles».
Para resolver este punto, la Comunicación proponía la necesidad de un «vínculo explícito entre el acceso a los fondos de la política de cohesión, por una parte, y los planes nacionales de gestión de residuos y el plan de acción para la economía circular en Europa, por otra», algo que el CESE acoge con gran satisfacción e, incluso, propone reforzarlo con el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas.
Este esfuerzo y la mejora de la recogida selectiva y de las tasas de reciclado solo favorecerá el objetivo buscado si se acompaña de un tratamiento y una gestión adecuadas, lo que para el CESE supone un abandono progresivo de la incineración de residuos en los Estados miembros y a cambio utilizar un método alternativo.
En este tema en concreto, será esencial, puntualiza, el desarrollo de políticas de disuasión, en un caso, e incentivación en otro como, pone de ejemplo: «la introducción de impuestos; la eliminación progresiva de los regímenes de ayuda; o la introducción de una moratoria sobre las nuevas instalaciones y el desmantelamiento de las antiguas».
A nivel social, el Comité también ve necesario un esfuerzo que impulse un cambio de comportamiento y una transformación en el ámbito cultural, que únicamente se lograrán con políticas educativas adaptadas y aplicadas en todos los niveles de la sociedad.
El Comité Económico y Social Europeo anima a instituciones, Estados miembros y ciudadanos a participar activamente en el cambio de modelo productivo, favoreciendo acciones como la que nos ocupa, transformando residuos y papel en biogás, algo que mejorará la competitividad de Europa a nivel internacional, la creación de empleo y la protección ambiental con una importante reducción en las emisiones a la atmósfera. Todo ello, bien hecho, irá acompañado de resultados casi inmediatos, pues como recuerda en su Dictamen, según datos de la Comisión, con la aplicación de estas novedades en el año 2030 la producción de biogás en la UE podría al menos doblarse e incluso triplicarse con respecto a los niveles actuales.
Este sería un gran paso para hacer efectivo el cambio de modelo económico, de uno lineal a uno circular, transformando el concepto de residuo: pasa de ser algo usado para ser algo que ya no se puede usar más.