La Unión Europea refuerza sus lazos con el exterior en asuntos medioambientales
Autora: Sara García García, Doctoranda en Derecho de la Universidad de Valladolid
Fuente: Acuerdo entre la Unión Europea y la República de Chile sobre el comercio de productos orgánicos/ecológicos, (DOUE L331/4, de 14 de diciembre de 2017) y Acuerdo entre la Unión Europea y la Confederación Suiza relativo a la vinculación de sus regímenes de comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero, (DOUE L322/3, de 07 de diciembre de 2017).
Temas clave: gases efecto invernadero; emisiones; protocolo de Kioto; Suiza; comercio ecológico; criterios de equivalencia; producción sostenible; Chile
Este mes de diciembre, la Unión Europea más allá de llevar a cabo los tradicionales cierres de actividades, cuentas y procesos, ha aprovechado para avanzar en dos proyectos en materia ambiental que tenía en su agenda desde hace tiempo.
Así, firma un acuerdo con Suiza en materia de gases efecto invernadero y también, con Chile, alcanza compromisos en asuntos de comercio de productos ecológicos.
Con el primer acuerdo, Suiza se une junto con Noruega, Islandia o Liechtenstein a la lista de terceros países que vinculan sus regímenes de derechos de emisión de gases de efecto invernadero al de la Unión Europea.
Algunos de los principales objetivos pretendidos con este pacto serían ayudar a crear un mercado internacional del carbono sólido y contribuir a aumentar la eficacia de los esfuerzos destinados a reducir las emisiones de las Partes que vinculen sus regímenes; o evitar la fuga de carbono y el falseamiento de la competencia entre más regímenes, así como garantizar el funcionamiento ordenado de los mercados de carbono vinculados.
El acuerdo no entrará en vigor, si todo va bien, hasta el 1 de enero de 2019, aunque desde ya, ambas partes se comprometen a iniciar una aplicación provisional del mismo. No se prevé que vayan a surgir grandes problemas o conflictos puesto que ambos socios comparten objetivos de reducción de aquí a 2020 en adelante y las mismas inquietudes en la protección del medio ambiente.
En otro orden de cosas, la Unión y Chile acuerdan mecanismos de equivalencia en normativa y sistemas de inspección y certificación con el fin de fomentar el comercio de productos agrícolas y alimenticios obtenidos mediante técnicas de producción ecológica, de conformidad con los principios de no discriminación y reciprocidad.
Se crean nuevas oportunidades de exportación entre el comercio de los Estados miembro y el chileno fomentando, al tiempo, una política de producción sostenible y un consumo responsable entre sus ciudadanos.
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